En este informe analizaremos dos sitios con representación de arte rupestre: Los Colorados (provincia de La Rioja) y Piedra Pintada de San Buenaventura (provincia de Córdoba), ambos distantes a unos 340 km aproximadamente. A partir de ellos, indagaremos sobre la compatibilidad de los motivos tanto figurativos como abstractos que se repiten entre los distintos soportes líticos estudiados, sus técnicas de ejecución (principalmente mediante picado regular discontinuo y abradido) y su posible vinculación con grupos humanos de alta movilidad y dispersión poblacional que han dejado testimonio de su paso por los sitios a través del grabado rupestre, probablemente durante los intervalos de exploración y colonización del territorio, avanzando sobre extensas áreas de características ambientales diferentes. Por otro lado, la observación de los motivos permite suponer varios episodios de producción de arte rupestre superpuestos o modificados sobre los mismos soportes a lo largo del tiempo, lo que representa un problema para la arqueología al momento de cronologizarlos, ya que el registro arqueológico recolectado con que se los asocia por lo general suele ser escaso, y al encontrarse en correspondencia con morteros rupestres fijos se los adjudica arbitrariamente a períodos tardíos agroalfareros. De los dos sitios mencionados, solamente el primero se encuentra actualmente en proceso de investigación, aunque la disponibilidad de la información es relativamente escasa y no aporta datos significativos que revele el contexto de producción de los motivos rupestres.
Breve descripción de los sitios
Sitio Los Colorados
Los Colorados, detalle.
Los Colorados forman parte de una extensa localidad arqueológica
ubicada en el extremo sur de la Sierra de Velasco en la provincia de La Rioja,
que se integra junto con otros sitios vecinos como Palancho, el Parque Nacional Talampaya,
la región de los LLanos y el Valle Fértil en Ischigualasto. A partir del análisis de ciertos motivos inscriptos
en areniscas sedimentarias, se han incluido estos sitios dentro un área de estudio
microrregional que integrarían, según los investigadores, un complejo
estilístico de características tipo Aguada
y Sanagasta/Angualasto
respectivamente (Figura 1). Lo que
ubicaría su producción alrededor del período medio y tardío, entre el 600 y el
1500 de nuestra era. Así mismo, esta hipótesis se refuerza por el hallazgo de
una urna funeraria en el sitio Los
Colorados que contenía los restos de un párvulo, cuya datación del tiesto
cerámico por termoluminiscencia obtuvo una antigüedad no menor a los 1000 DC (Figura 2).
Figura 1. Los Colorados:
Período tardío Sanagasta/Angualasto
Figura 2. Los Colorados:
Urna funeraria sin decoración (1105 DC).
A pesar de la escasa evidencia
arqueológica y al momento de intentar cronologizar la producción de petrograbados,
la presencia de morteros fijos identificados como sitios de propósitos múltiples
para el procesamiento de alimentos, los asocia inevitablemente con sociedades
formativas típicos de un estadio agroalfarero, cuya percepción del registro
material termina por reducir o sincretizar en un solo período o sustrato socio-cultural
tardío, toda la producción petrográfica ejecutada en la misma localidad a lo
largo de miles de años. Resulta curioso observar que los espacios de representación
rupestre se circunscriben a determinados sitios, sobre los que se constata la
superposición de imágenes inscriptas a lo largo del tiempo, conteniendo en un
mismo soporte la intervención de varios grupos estilísticos ejecutados un tras otro durante los sucesivos episodios de ocupación, resignificando
de este modo los espacios de producción destinados al arte rupestre. Por lo tanto, la
confección de morteros fijos puede anteceder o preceder la ejecución de
petroglifos y viceversa. Pese a que las condiciones ambientales de tipo semiárdo
no favorecen el desarrollo de una agricultura sustentable, y al no hallarse
evidencias de ocupación permanente en el sitio Los Colorados, la explicación que el equipo de investigación
llevado adelante por el INAPL le asigna a este tipo de instrumentos resulta
insatisfactorio. A pesar de todos estos inconvenientes, se pudo reconocer al
menos una secuencia de producción entre los petrograbados más antiguos y
aquellos ejecutados con posterioridad, a partir de los niveles de coloración en
la pátina que contrasta la inscripción de un motivo con el resto del soporte. La
información con la que contamos para el estudio de esta localidad, se halla en
un informe desarrollado sobre el sitio de Palancho:
“En el sitio Los Colorados, situado a unos 20 km de esta localidad tiene representaciones, en parte, comparables a las de Palancho (…). Entre los afloramientos hay bloques con morteros pero, curiosamente, no se han hallado otros vestigios arqueológicos en superficie. Esta ausencia puede explicarse, en parte, por el efecto de las aguas de lluvias de primavera-verano que bajan de la Sierra de Velasco y que corren entre los afloramientos produciendo el arrastre de materiales y profundas cárcavas (…) [Figura 3]. En la actualidad la fuente de agua permanente más cercana se ubica a unos 4 km de distancia, en una posta abandonada (Casa de Estado) del antiguo Camino Real que unía Patquia con Chilecito. Si bien no se cuenta con información paleoambiental, este dato es significativo ya que apunta a la imposibilidad de un asentamiento a largo plazo en las inmediaciones de la localidad arqueológica”
Figura 3. Los Colorados:
Erosión por arrastre aluvial del material sedimentario. Probable paleocause.
Sitio de San Buenaventura
Figura 4: Piedra grabada
de San Buenaventura
En el paraje de San Buenaventura se conservan los restos
de una antigua piedra de composición granítica posicionada en forma horizontal
sobre la que se han inscripto motivos figurativos y abstractos, imágenes que se
relacionan directamente con el sitio Los
Colorados, tanto por la composición de los dibujos como por su técnica de
producción (Figura 4). El ambiente
reúne las características propias del chaco serrano, dentro de un contexto transicional
entre las pampas de altura (Achala y Olaen) y el valle de Punilla (Figura 5). A diferencia de Los Colorados, el paraje de San Buenaventura ofrece condiciones de
clima templado, donde los ríos se abastecen de agua permanente, aunque es
probable que en la antigüedad el cauce del río Yuspe haya sido de menor afluente,
dado que se han detectado morteros rupestres sobre las márgenes del río que
permanecen sumergidos, inutilizándolos para su aprovechamiento tratándose de
instrumentos destinados a la molienda (Figura
6).
Figura 5. San
Buenaventura: Detalle Rio Yuspe.
Figura 6. San Buenaventura:
mortero sumergido.
La piedra grabada de San
Buenaventura fue expuesta a la dinamitación de una cantera durante la década de
1990, precisamente para la extracción del material con el que se construyó el
dique nivelador que abastece de agua a la ciudad de Cosquín. Según el
testimonio de vecinos la piedra pintada,
como se la conoce, se abría localizado por lo menos cuatro metros por encima
del nivel actual, y tras sufrir la explosión de una carga de dinamita ésta se
abría deslizado y fracturado, depositándose por encima de la piedra los restos
de escoria (Figuras 5 y 6).
Figura 5. San Buenaventura: Corte parcial de la
fractura.
Figura 6. San Buenaventura: Depósito de escorias
alrededor del petroglifo.
En la actualidad el petroglifo sufre
la acción erosiva del río Yuspe, que en épocas de creciente produce el
inevitable desgaste de su superficie, puliendo los motivos grabados hasta volverlos
prácticamente ininteligibles (Figuras 7 y
8). Pese a que el contexto arqueológico ha sido totalmente destruido, se
detecta que la elección del sitio para la confección del petroglifo lo ubica
preferentemente en la cabecera de una quebrada, desde donde se obtiene un
privilegiado punto de vista que permite apreciar la cumbre del cerro Pan de
Azúcar, distante a unos 11 km aproximadamente (Figura 9). Cabe destacar además la presencia de morteros fijos
excavados en las márgenes del río en proximidad con el sitio, aunque resulta
imposible corroborar su correspondencia con la producción de grabado rupestre.
Figura 8. San
Buenaventura: Detalle.
Figura 9. San
Buenaventura: Al fondo se observa la cumbre del cerro Pan de Azúcar.
Impronta estilística: comparación de motivos
La similitud en la elaboración de
algunos grabados contenidos en los distintos soportes analizados permite
arriesgar la hipótesis sobre su posible vinculación con grupos con una alta
capacidad de movilidad, que habrían retornado periódicamente sobre determinados
circuitos de tránsito pedestre, ilustrando a modo de itinerario el recorrido de
estas bandas a partir de inscripciones grabadas en determinados sitios, que
remitirían a ciertos estereotipos que por determinadas características
socio-ambientales se los asociaría con cada uno de ellos. A partir de esta
lectura, podemos indagar sobre los procesos de movilidad trashumante y su
relación con la producción de petrograbados. Cuesta creer que en tiempos
paleolíticos estos lugares hayan servido como catalizadores itinerantes. No
obstante, las pruebas se sujetan a la observación de los motivos grabados, y la
impronta de determinados signos retratados en ambientes diferenciales marcaría la
identificación de grupos humanos con estrategias de alta movilidad poblacional o
capacidad de interacción social, que por determinadas circunstancias, han
inscripto su marca de modo permanente.
Tridígito: Los
Colorados: confeccionado mediante técnica de abradido.
Tridígito: San Buenaventura, detalle.
Serpenteante: San Buenaventura. Obsérvese la compatibilidad en la composición del motivo con la siguiente en Los
Colorados.
Serpenteante: Los Colorados. Motivo simple.
Serpenteantes: Los Colorados: Motivos con apéndice cefálico.
Serpenteante: San Buenaventura. A:bicéfalo; B: huella de pie.
Serpenteante: San Buenaventura. Detalle con apéndice cefálico.
Zoomorfo:Los Colorados.
Zoomorfo:San
Buenaventura
En un informe desarrollado por el
equipo del INAPL para el sitio Palancho,
el análisis de los motivos rupestres grabados sobre areniscas sedimentarias habría
permitido reconocer al menos 5 episodios de producción o grupos estilísticos
diferentes. En base a esta información, se consensuó en asignar dentro del
grupo 1 a aquellas imágenes ejecutadas mediante la técnica de picado regular discontinuo, en
correspondencia directa con la coloración de la pátina que permitió estimar su
antigüedad por presentar una tonalidad más oscura que el resto de las imágenes,
semejante al soporte circundante, por lo que el motivo apenas se vuelve
perceptible. A este grupo estilístico pertenecerían los motivos de rastros o
huellas de humanos y animales, imágenes de zoomorfos, curvilíneas, espirales,
etc., motivos que se repetirán en los episodios o grupos estilísticos subsiguientes,
aunque las imágenes asignadas al grupo estilístico 1 serían las más fáciles de
reconocer que el resto de la producción rupestre:
“Ambos rasgos (picado discontinuo y pátina oscura) permiten que estos
grabados sean asignados fácilmente al primer grupo de ejecución de la
localidad, característica que no se
repite en los grupos subsiguientes ya que su agrupación ha sido más
dificultosa (…) La asignación del grupo 1 se torna compleja por falta de
trabajos comparativos. Parte del repertorio iconográfico de grupo 1 fue
registrado en el Parque Nacional Talampaya (Schobinger 1966; Giordano y Gonaldi
1991 y Ferraro 2005) y región de los llanos (Cáceres Freyre 1956) en La Rioja y
en el Parque Provincial Ischigualasto en San Juan”.
En lo que respecta a nuestro
informe, tan solo algunos de los petrograbados ubicados en el paraje de San
Buenaventura podrían ser asignados sin mayores inconvenientes al grupo estilístico
1 de Palancho. Las dificultades se presentan al momento de interpelar aquellos
motivos que no poseen las características de ejecución propias del grupo
estilístico 1, dado que su método de ejecución se efectuó mediante abradido. Así
mismo, destacamos la ausencia de motivos mediante la técnica de inciso,
presente en Los Colorados, asociada a grupos estilísticos más tardíos como Sanagasta/Angualasto.
Consideraciones acerca de las huellas
humanas:
Entre los motivos grabados, se
destacan las huellas de pies humanos tanto de adultos como niños. En ambos sitios
se combinan técnicas de picado y abradido. Sin embargo, las huellas ejecutadas
mediante picado regular discontinuo presentan mayor semejanza de composición
estilística que las efectuadas por abradido, destacándose en el sitio Los Colorados aquellas marcas de pies
con seis dedos. En la piedra grabada de San Buenaventura se observan al menos
dos grupos estilísticos diferentes que ejecutaron la composición de pies
humanos, a modo de huellas, lo que supone varias consideraciones al respecto. El
retrato de una huella puede representar el paso anónimo de un hombre, pero su repetición
sistemática a lo largo de cientos de kilómetros en ambientes diferenciales lo convierte
en un dispositivo de reproducción social. La decoración de una superficie lítica
en un contexto paleoindio no puede representar un acto al azar. Se precisa de
un uso recreativo del tiempo en detrimento de cualquier otra actividad que asegure
la supervivencia del individuo. La inscripción de una huella remite a la idea
de tránsito, pero también de identificación con la persona o el grupo que la grabó.
Una marca distintiva, pero también un paradigma, dada la universalidad de
motivos grabados representando huellas de pies humanos dentro de un amplio
espectro del territorio argentino. El período formativo se caracteriza por la
repentina aparición de incipientes sociedades teocráticas que comenzaron a divulgar su
ideología a través de la especialización en la producción cerámica. El período
arcaico queda entonces relegado a un estadio primitivo signado por la
precariedad de sus recursos tecnológicos, pero también por su alta movilidad y
capacidad de adaptación frente a los diferentes ambientes, demostrando una estricta
organización en la composición de las bandas de cazadores-recolectores basada
en la depredación racional del ambiente. Por lo tanto, la piedra grabada de San
Buenaventura constituye uno de los indicadores materiales que podrían sostener
dicha hipótesis, aunque por el momento solo se trate de especulaciones. No
queremos decir con esto que algunos de los motivos representados en Los Colorados
pertenezcan a los mismos autores que confeccionaron la piedra de San
Buenaventura. Creemos que nos encontramos frente a los rastros de un antiguo
estrato epistemológico que antecedió la formación de sociedades teocráticas, cuya
propagación a través de estas bandas a lo largo de miles de años, dejó sus
marcas sobre extensas áreas dispersas dentro del territorio argentino.
Sitio Los Colorados: Hacia
la izquierda, huella humana que combina abradido con picado regular discontinuo.
San Buenaventura: Huella
humana en picado regular discontinuo.
Los Colorados: Huella
humana con seis dedos, efectuada íntegramente por abradido. La coloración de la
pátina permite apreciar que su producción corresponde a un período tardío.
San Buenaventura:
Detalle de pie humano mediante técnica de abradido.
Bibliografía:
ARTE RUPESTRE ENTRE LAS SIERRAS Y
LOS LLANOS RIOJANOS: LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA PALANCHO. María Pía Falchi, M.
Mercedes Podestá, Diana S. Rolandi, Anahí Re y Marcelo A. Torres.Instituto
Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). En “Comechingonia,
Revista de Arqueología”, número 15, año 2011.
LOS COLORADOS (PROVINCIA DE LA RIOJA). UN CASO DE PLANIFICACIÓN INTERPRETATIVA. María Pía Falchi, Marcelo A. Torres. En "Camichingonia Virtual", año 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario