jueves, 12 de mayo de 2016

Comparación de dos sitios con petrograbados: Los Colorados (prov. de La Rioja) y San Buenaventura (Prov. de Córdoba).



En este informe analizaremos dos sitios con representación de arte rupestre: Los Colorados (provincia de La Rioja) y Piedra Pintada de San Buenaventura (provincia de Córdoba), ambos distantes a unos 340 km aproximadamente. A partir de ellos, indagaremos sobre la compatibilidad de los motivos tanto figurativos como abstractos que se repiten entre los distintos soportes líticos estudiados, sus técnicas de ejecución (principalmente mediante picado regular discontinuo y abradido) y su posible vinculación con grupos humanos de alta movilidad y dispersión poblacional que han dejado testimonio de su paso por los sitios a través del grabado rupestre, probablemente durante los intervalos de exploración y colonización del territorio, avanzando sobre extensas áreas de características ambientales diferentes. Por otro lado, la observación de los motivos permite suponer varios episodios de producción de arte rupestre superpuestos o modificados sobre los mismos soportes a lo largo del tiempo, lo que representa un problema para la arqueología al momento de cronologizarlos, ya que el registro arqueológico recolectado con que se los asocia por lo general suele ser escaso, y al encontrarse en correspondencia con morteros rupestres fijos se los adjudica arbitrariamente a períodos tardíos agroalfareros. De los dos sitios mencionados, solamente el primero se encuentra actualmente en proceso de investigación, aunque la disponibilidad de la información es relativamente escasa y no aporta datos significativos que revele el contexto de producción de los motivos rupestres.


Breve descripción de los sitios

Sitio Los Colorados

Los Colorados, detalle.


Los Colorados forman parte de una extensa localidad arqueológica ubicada en el extremo sur de la Sierra de Velasco en la provincia de La Rioja, que se integra junto con otros sitios vecinos como Palancho, el Parque Nacional Talampaya, la región de los LLanos y el Valle Fértil en Ischigualasto. A partir del análisis de ciertos motivos inscriptos en areniscas sedimentarias, se han incluido estos sitios dentro un área de estudio microrregional que integrarían, según los investigadores, un complejo estilístico de características tipo Aguada y Sanagasta/Angualasto respectivamente (Figura 1). Lo que ubicaría su producción alrededor del período medio y tardío, entre el 600 y el 1500 de nuestra era. Así mismo, esta hipótesis se refuerza por el hallazgo de una urna funeraria en el sitio Los Colorados que contenía los restos de un párvulo, cuya datación del tiesto cerámico por termoluminiscencia obtuvo una antigüedad no menor a los 1000 DC (Figura 2)

Figura 1. Los Colorados: Período tardío Sanagasta/Angualasto

Figura 2. Los Colorados: Urna funeraria sin decoración (1105 DC).

A pesar de la escasa evidencia arqueológica y al momento de intentar cronologizar la producción de petrograbados, la presencia de morteros fijos identificados como sitios de propósitos múltiples para el procesamiento de alimentos, los asocia inevitablemente con sociedades formativas típicos de un estadio agroalfarero, cuya percepción del registro material termina por reducir o sincretizar en un solo período o sustrato socio-cultural tardío, toda la producción petrográfica ejecutada en la misma localidad a lo largo de miles de años. Resulta curioso observar que los espacios de representación rupestre se circunscriben a determinados sitios, sobre los que se constata la superposición de imágenes inscriptas a lo largo del tiempo, conteniendo en un mismo soporte la intervención de varios grupos estilísticos ejecutados un tras otro durante los sucesivos episodios de ocupación, resignificando de este modo los espacios de producción destinados al arte rupestre. Por lo tanto, la confección de morteros fijos puede anteceder o preceder la ejecución de petroglifos y viceversa. Pese a que las condiciones ambientales de tipo semiárdo no favorecen el desarrollo de una agricultura sustentable, y al no hallarse evidencias de ocupación permanente en el sitio Los Colorados, la explicación que el equipo de investigación llevado adelante por el INAPL le asigna a este tipo de instrumentos resulta insatisfactorio. A pesar de todos estos inconvenientes, se pudo reconocer al menos una secuencia de producción entre los petrograbados más antiguos y aquellos ejecutados con posterioridad, a partir de los niveles de coloración en la pátina que contrasta la inscripción de un motivo con el resto del soporte. La información con la que contamos para el estudio de esta localidad, se halla en un informe desarrollado sobre el sitio de Palancho:

“En el sitio Los Colorados, situado a unos 20 km de esta localidad tiene representaciones, en parte, comparables a las de Palancho (…). Entre los afloramientos hay bloques con morteros pero, curiosamente, no se han hallado otros vestigios arqueológicos en superficie. Esta ausencia puede explicarse, en parte, por el efecto de las aguas de lluvias de primavera-verano que bajan de la Sierra de Velasco y que corren entre los afloramientos produciendo el arrastre de materiales y profundas cárcavas (…) [Figura 3]. En la actualidad la fuente de agua permanente más cercana se ubica a unos 4 km de distancia, en una posta abandonada (Casa de Estado) del antiguo Camino Real que unía Patquia con Chilecito. Si bien no se cuenta con información paleoambiental, este dato es significativo ya que apunta a la imposibilidad de un asentamiento a largo plazo en las inmediaciones de la localidad arqueológica



Figura 3. Los Colorados: Erosión por arrastre aluvial del material sedimentario. Probable paleocause.


Sitio de San Buenaventura

Figura 4: Piedra grabada de San Buenaventura

En el paraje de San Buenaventura se conservan los restos de una antigua piedra de composición granítica posicionada en forma horizontal sobre la que se han inscripto motivos figurativos y abstractos, imágenes que se relacionan directamente con el sitio Los Colorados, tanto por la composición de los dibujos como por su técnica de producción (Figura 4). El ambiente reúne las características propias del chaco serrano, dentro de un contexto transicional entre las pampas de altura (Achala y Olaen) y el valle de Punilla (Figura 5). A diferencia de Los Colorados, el paraje de San Buenaventura ofrece condiciones de clima templado, donde los ríos se abastecen de agua permanente, aunque es probable que en la antigüedad el cauce del río Yuspe haya sido de menor afluente, dado que se han detectado morteros rupestres sobre las márgenes del río que permanecen sumergidos, inutilizándolos para su aprovechamiento tratándose de instrumentos destinados a la molienda (Figura 6).

Figura 5. San Buenaventura: Detalle Rio Yuspe.

Figura 6. San Buenaventura: mortero sumergido.


La piedra grabada de San Buenaventura fue expuesta a la dinamitación de una cantera durante la década de 1990, precisamente para la extracción del material con el que se construyó el dique nivelador que abastece de agua a la ciudad de Cosquín. Según el testimonio de vecinos la piedra pintada, como se la conoce, se abría localizado por lo menos cuatro metros por encima del nivel actual, y tras sufrir la explosión de una carga de dinamita ésta se abría deslizado y fracturado, depositándose por encima de la piedra los restos de escoria (Figuras 5 y 6). 

 Figura 5. San Buenaventura: Corte parcial de la fractura.

Figura 6. San Buenaventura: Depósito de escorias alrededor del petroglifo.

En la actualidad el petroglifo sufre la acción erosiva del río Yuspe, que en épocas de creciente produce el inevitable desgaste de su superficie, puliendo los motivos grabados hasta volverlos prácticamente ininteligibles (Figuras 7 y 8). Pese a que el contexto arqueológico ha sido totalmente destruido, se detecta que la elección del sitio para la confección del petroglifo lo ubica preferentemente en la cabecera de una quebrada, desde donde se obtiene un privilegiado punto de vista que permite apreciar la cumbre del cerro Pan de Azúcar, distante a unos 11 km aproximadamente (Figura 9). Cabe destacar además la presencia de morteros fijos excavados en las márgenes del río en proximidad con el sitio, aunque resulta imposible corroborar su correspondencia con la producción de grabado rupestre.

 Figura 7. San Buenaventura: Detalle.

Figura 8. San Buenaventura: Detalle.

Figura 9. San Buenaventura: Al fondo se observa la cumbre del cerro Pan de Azúcar.


Impronta estilística: comparación de motivos

La similitud en la elaboración de algunos grabados contenidos en los distintos soportes analizados permite arriesgar la hipótesis sobre su posible vinculación con grupos con una alta capacidad de movilidad, que habrían retornado periódicamente sobre determinados circuitos de tránsito pedestre, ilustrando a modo de itinerario el recorrido de estas bandas a partir de inscripciones grabadas en determinados sitios, que remitirían a ciertos estereotipos que por determinadas características socio-ambientales se los asociaría con cada uno de ellos. A partir de esta lectura, podemos indagar sobre los procesos de movilidad trashumante y su relación con la producción de petrograbados. Cuesta creer que en tiempos paleolíticos estos lugares hayan servido como catalizadores itinerantes. No obstante, las pruebas se sujetan a la observación de los motivos grabados, y la impronta de determinados signos retratados en ambientes diferenciales marcaría la identificación de grupos humanos con estrategias de alta movilidad poblacional o capacidad de interacción social, que por determinadas circunstancias, han inscripto su marca de modo permanente.

Tridígito: Los Colorados: confeccionado mediante técnica de abradido.

Tridígito: San Buenaventura, detalle.

 Serpenteante: San Buenaventura. Obsérvese la compatibilidad en la composición del motivo con la siguiente en Los Colorados.

 Serpenteante: Los Colorados. Motivo simple. 

 Serpenteantes: Los Colorados: Motivos con apéndice cefálico.

 
Serpenteante: San Buenaventura. A:bicéfalo; B: huella de pie.

Serpenteante: San Buenaventura. Detalle  con apéndice cefálico.

 Zoomorfo:Los Colorados.

Zoomorfo:San Buenaventura

En un informe desarrollado por el equipo del INAPL para el sitio Palancho, el análisis de los motivos rupestres grabados sobre areniscas sedimentarias habría permitido reconocer al menos 5 episodios de producción o grupos estilísticos diferentes. En base a esta información, se consensuó en asignar dentro del grupo 1 a aquellas imágenes ejecutadas mediante la técnica de picado regular discontinuo, en correspondencia directa con la coloración de la pátina que permitió estimar su antigüedad por presentar una tonalidad más oscura que el resto de las imágenes, semejante al soporte circundante, por lo que el motivo apenas se vuelve perceptible. A este grupo estilístico pertenecerían los motivos de rastros o huellas de humanos y animales, imágenes de zoomorfos, curvilíneas, espirales, etc., motivos que se repetirán en los episodios o grupos estilísticos subsiguientes, aunque las imágenes asignadas al grupo estilístico 1 serían las más fáciles de reconocer que el resto de la producción rupestre:

“Ambos rasgos (picado discontinuo y pátina oscura) permiten que estos grabados sean asignados fácilmente al primer grupo de ejecución de la localidad, característica que no se repite en los grupos subsiguientes ya que su agrupación ha sido más dificultosa (…) La asignación del grupo 1 se torna compleja por falta de trabajos comparativos. Parte del repertorio iconográfico de grupo 1 fue registrado en el Parque Nacional Talampaya (Schobinger 1966; Giordano y Gonaldi 1991 y Ferraro 2005) y región de los llanos (Cáceres Freyre 1956) en La Rioja y en el Parque Provincial Ischigualasto en San Juan”.

En lo que respecta a nuestro informe, tan solo algunos de los petrograbados ubicados en el paraje de San Buenaventura podrían ser asignados sin mayores inconvenientes al grupo estilístico 1 de Palancho. Las dificultades se presentan al momento de interpelar aquellos motivos que no poseen las características de ejecución propias del grupo estilístico 1, dado que su método de ejecución se efectuó mediante abradido. Así mismo, destacamos la ausencia de motivos mediante la técnica de inciso, presente en Los Colorados, asociada a grupos estilísticos más tardíos como Sanagasta/Angualasto. 


Consideraciones acerca de las huellas humanas:


Entre los motivos grabados, se destacan las huellas de pies humanos tanto de adultos como niños. En ambos sitios se combinan técnicas de picado y abradido. Sin embargo, las huellas ejecutadas mediante picado regular discontinuo presentan mayor semejanza de composición estilística que las efectuadas por abradido, destacándose en el sitio Los Colorados aquellas marcas de pies con seis dedos. En la piedra grabada de San Buenaventura se observan al menos dos grupos estilísticos diferentes que ejecutaron la composición de pies humanos, a modo de huellas, lo que supone varias consideraciones al respecto. El retrato de una huella puede representar el paso anónimo de un hombre, pero su repetición sistemática a lo largo de cientos de kilómetros en ambientes diferenciales lo convierte en un dispositivo de reproducción social. La decoración de una superficie lítica en un contexto paleoindio no puede representar un acto al azar. Se precisa de un uso recreativo del tiempo en detrimento de cualquier otra actividad que asegure la supervivencia del individuo. La inscripción de una huella remite a la idea de tránsito, pero también de identificación con la persona o el grupo que la grabó. Una marca distintiva, pero también un paradigma, dada la universalidad de motivos grabados representando huellas de pies humanos dentro de un amplio espectro del territorio argentino. El período formativo se caracteriza por la repentina aparición de incipientes sociedades  teocráticas que comenzaron a divulgar su ideología a través de la especialización en la producción cerámica. El período arcaico queda entonces relegado a un estadio primitivo signado por la precariedad de sus recursos tecnológicos, pero también por su alta movilidad y capacidad de adaptación frente a los diferentes ambientes, demostrando una estricta organización en la composición de las bandas de cazadores-recolectores basada en la depredación racional del ambiente. Por lo tanto, la piedra grabada de San Buenaventura constituye uno de los indicadores materiales que podrían sostener dicha hipótesis, aunque por el momento solo se trate de especulaciones. No queremos decir con esto que algunos de los motivos representados en Los Colorados pertenezcan a los mismos autores que confeccionaron la piedra de San Buenaventura. Creemos que nos encontramos frente a los rastros de un antiguo estrato epistemológico que antecedió la formación de sociedades teocráticas, cuya propagación a través de estas bandas a lo largo de miles de años, dejó sus marcas sobre extensas áreas dispersas dentro del territorio argentino.

Sitio Los Colorados: Hacia la izquierda, huella humana que combina abradido con picado regular discontinuo.

San Buenaventura: Huella humana en picado regular discontinuo.

 Los Colorados: Huella humana con seis dedos, efectuada íntegramente por abradido. La coloración de la pátina permite apreciar que su producción corresponde a un período tardío.

San Buenaventura: Detalle de pie humano mediante técnica de abradido.


Bibliografía:

ARTE RUPESTRE ENTRE LAS SIERRAS Y LOS LLANOS RIOJANOS: LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA PALANCHO. María Pía Falchi, M. Mercedes Podestá, Diana S. Rolandi, Anahí Re y Marcelo A. Torres.Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). En “Comechingonia, Revista de Arqueología”, número 15, año 2011.

LOS COLORADOS (PROVINCIA DE LA RIOJA).  UN CASO DE PLANIFICACIÓN INTERPRETATIVA. María Pía Falchi, Marcelo A. Torres. En  "Camichingonia Virtual", año 2008.

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